Adultos de la tercera edad
Adultos Mayores
A medida que la edad avanza, surgen más desafíos sociales, físicos y cognitivos. El ritmo de vida cambia y la salud puede disminuir. Uno tiende a experimentar la pérdida de la pareja, amistades cercanas, trabajos, tal vez incluso el hogar si uno tiene que mudarse a un asilo de ancianos o con miembros de la familia por razones de salud.
Mientras que muchos adultos mayores están en gran salud física y mental, algunos se encuentran en un mayor riesgo de dolencias y enfermedades crónicas con el tiempo. Este deterioro físico también puede desempeñar un papel en la salud mental de una persona. La jubilación es una razón de celebración importante para la mayoría, pero para otros puede significar una pérdida de conexión social. El trabajo no sólo les proporciona un medio para mantenerse económicamente, sino que también es una manera de estar activo socialmente. Muchas veces, los compañeros de trabajo son la única interacción que las personas mayores tienen a lo largo del día. A menudo, los colegas planean actividades fuera del trabajo y establecen una relación más allá de las horas de trabajo. Los estudios han demostrado que la participación en actividades sociales a menudo tiene beneficia a la salud mental de los adultos mayores. Ir a trabajar es una razón para salir de casa. Aunque comúnmente se dice que uno debe trabajar para vivir y no vivir para trabajar, para algunos, ir a trabajar les da un propósito. Se sienten útiles y apreciados. Comparten sus talentos y habilidades. Contribuyen a la fuerza laboral y la economía. Se enorgullecen de su trabajo porque se elaboró un concepto o producto o tal vez salvaron la vida de alguien. Cuando una persona se jubila, dependiendo de lo que elija o pueda hacer después, puede perder este sentido de propósito, utilidad y satisfacción y lo hace cuestionar su valor. A consecuencia, su salud mental sufre y puede conducir a la depresión.
Los expertos han citado señales de advertencia para buscar en los adultos mayores. Si nota que su ser querido experimenta cualquiera de estos, busque ayuda poniéndose en contacto con su proveedor de atención primaria.
- Sentirse estresado, ansioso, preocupado
- No poder dormir o dormir demasiado
- Un cambio notable en el apetito, el estado de ánimo, el nivel de energía
- Sentirse desconectado o entumecido como si nada importara
- No se puede concentrar, es inusualmente confuso u olvidadizo
- Cambio en el humor – se enoja, molesta, irrita, asusta, o preocupa fácilmente
- Aumento del consumo de alcohol, drogas, tabaquismo
- Comportamiento o pensamientos riesgosos
- Pérdida de apetito o interés en hacer cosas que disfrutan
- Pensamientos suicidas