Ninos y Ninas
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades define la salud mental de los niños como “alcanzando hitos emocionales y de desarrollo, y aprendiendo habilidades sociales saludables para enfrentar los problemas”. Se dice que los niños mentalmente sanos, tienen una calidad de vida positiva y pueden funcionar bien en el hogar, el trabajo, la escuela y sus comunidades.
Puede ser difícil distinguir entre las conductas y emociones desafiantes que son una parte natural del desarrollo infantil y las que son motivo de preocupación. Entre los niños, los trastornos de salud mental se describen como cambios significativos de acuerdo a la forma en que aprenden, se comportan, o manejan sus emociones, lo cual interfiere en la forma en que funcionan en el hogar, la escuela o con los amigos. Es importante tener en cuenta que, si el comportamiento de un niño no es seguro, o si un niño habla de lastimarse a sí mismo o a otros se debe buscar ayuda inmediatamente.
Los trastornos comunes de salud mental que pueden diagnosticarse en niños incluyen el trastorno por déficit de atención/hiperactividad, ansiedad, depresión y trastornos de conducta. Las señales y síntomas de los desafíos de salud mental en los niños incluyen:
- Todo el tiempo quiere estar solo, tiene dificultad para hacer amigos
- Experimenta berrinches frecuentes
- Se siente demasiado ansioso y preocupado
- Se siente asustado y con miedo, tiene pesadillas frecuentes
- Tiene cambios mayores en los hábitos alimenticios o de sueño
- Experimenta dolores de estómago o dolores de cabeza frecuentes sin causa medica conocida
- Repite acciones o verifica cosas a menudo por miedo a que algo le pueda salir mal
- Problemas académicos
- No se puede concentrar, quedarse quieto o enfocar su atención
Si está usted preocupado por su hijo, hable con el maestro o con la persona que lo cuida para ver si han notado cambios en su comportamiento. Hable con el pediatra sobre el comportamiento de su hijo; explíquele lo que usted ha observado y lo que otros han observado. Pídale al pediatra que lo mande con un profesional de la salud mental y que tenga experiencia trabajando con niños. Existe una variedad de opciones de apoyo disponibles que incluyen terapia para hablar, asesoramiento familiar, apoyo para padres y medicamentos cuando sea apropiado. (enlace de texto a la página de recursos)
Es importante que los padres sean modelos a seguir, hablando de sus propios sentimientos, modelando la auto-regulación, y ser hábiles para resolver problemas. Asegúrele a su hijo que todos experimentan emociones difíciles como miedo, tristeza, preocupación e ira, y que estas emociones son una parte natural de la vida. Anime a su hijo a hablar y a expresar sus emociones.